La pequeña localidad de Ferguson, en el estado de Misuri, vivió este lunes una nueva noche de disturbios y enfrentamientos entre policía y manifestantes tras la polémica muerte de un joven afroamericano el sábado a manos de un agente, en circunstancias aún por esclarecer.
Las concentraciones pacíficas en el lugar del suceso se tornaron violentas al caer la noche, lo que obligó al despliegue de un centenar de agentes que usaron balas de goma y gases lacrimógenos, explicó el jefe de policía de la ciudad, Thomas Jackson, a los periodistas.