Con la consigna de puertas abiertas a todos los niños, centenares de escuelas de todo el país reciben estos días a un gran número de menores centroamericanos que ingresaron al país como indocumentados y que esperan que un juez de inmigración les permita quedarse.
En sus primeras horas en los centros educativos, los menores inmigrantes reciben orientación sobre sus derechos y en muchos casos también las vacunas correspondientes, atención médica y psicológica, e inclusive los útiles escolares y los almuerzos.